DE LA ENTREVISTA DE JOSÉ MANUEL VIDAL A GONZÁLEZ FAUS

¿Eres partidario del derecho a decidir?

No lo sé. Y te contesto así porque es una expresión como esas que suele usar Rajoy tan genéricas, abstractas y pseudoevidentes, que uno no sabe qué significan en la práctica.

Nuestra cultura ambiental identifica mucho "deseos" con "derechos". Pero un derecho ha de ser algo muy concreto en cuanto a quién es el sujeto de ese derecho, cuáles son sus límites y cuáles sus condiciones. A veces he oído decir medio en broma a algunas gentes del extrarradio de Barcelona: cuando seamos independientes invocaremos el derecho a decidir para que nos dejen volver a España...

Por otro lado, no se dice qué porcentaje haría falta para que fuese real ese derecho: si para cambiar una Constitución hace falta una mayoría bien clara (no sé si son tres quintos), ¿basta un 51 % para constituir un derecho a separarse?

Por otro lado ¿sobre qué Cataluña decidimos? Porque me da la sensación de que hay tres proyectos de independencia: algunos se contentarían con lo que llamo una "Cataluña-Kosovo" que quiere decir: con tal de ser independientes, aceptamos cualquier cosa. Otros (los de la antigua Convergencia, con Mas a la cabeza) quieren una Cataluña-Suiza: un país superrico, medio paraíso fiscal (o bancario) y borrar el famoso 3% y el hecho de que Convergencia ha sido el partido más corrupto después del PP: de tal manera que, ahora que andan buscando cambiar de nombre, yo les propondría que se llamen PPC (Partit Popular Català). Otros quieren lo que llamo una Cataluña-Uruguay: un país pequeño, sin pretensiones de grandeza, sino más bien de justicia y que, por ejemplo, si destaca en el fútbol es porque produce buenos futbolistas, no porque se los compra malgastando dinero. Con este proyecto yo me sentiría cómodo, aun estando fuera de Europa y demás. Pero no lo veo viable porque los convergentes no lo tolerarían de ningún modo.

… A parte de eso me pregunto cómo se puede ser tan ingenuo de dar por supuesto que, en una Cataluña independizada a la fuerza, el Barça seguiría participando en la liga española de fútbol como hasta ahora. Bueno, pues así lo han dicho voces independistas, no sé si autoengañándose o queriendo engañar al pueblo. Porque ¿quién imagina posible hoy una Barcelona sin Barça, por más que todo eso sea un montaje mucho más económico que deportivo?

Por otro lado me desconcierta ver que quienes más propugnan ese modelo radical (anticapitalista, antisistema y contra esta Europa) en donde yo no me sentiría mal, tienen unas ocurrencias de bombero, que te hacen preguntarte si han considerado y madurado seriamente lo que dicen, o si lo dicen por esa necesidad de hacer algo y sentirse protagonistas de algo…

Deduzco, pues, que no eres partidario del derecho a decidir.

Pues tampoco es exactamente eso. Lo que prefiero es decir que si no hay un derecho, hay a todas luces un problema.

Newman decía que la honestidad con lo real es la puerta de todas las virtudes. Ahora bien: todo buen gobernante está obligado no sólo a satisfacer derechos, sino a resolver problemas. La demanda de un referendum (aunque sea para decir que no se van) es en Cataluña muy mayoritaria. Soy partidario de ese referendum, y algunos constitucionalistas creen que habría recursos legales para poder convocarlo.

Las apelaciones de Rajoy al marco legal cuando luego vemos cómo interpretan las leyes a su favor en otros campos (ahora por ejemplo diciendo que, como es gobierno en funciones, no tiene que rendir cuentas ante el Parlamento) me parecen de una hipocresía irritante. Y, aun en el supuesto de que lo del referendum no tuviera salida legal, podría haber promocionado el diálogo, crear grupos conjuntos de estudio, etc. etc.

Pero esa táctica que tanto le gusta a Rajoy y que responde al refrán chino ("siéntate a la puerta de tu casa, hasta que veas pasar el cadáver de tu enemigo"), aunque funciona muchas veces dado lo que es la pasta humana, no siempre funciona: porque acaba llegando un momento en que el enemigo no aparece en forma de cadáver, sino vivito y con un hacha en la mano con la que te destroza.

Por eso dije otra vez que, si un día Cataluña es independiente y quieren poner en la plaza de St. Jaume las estatuas de los "padres de la patria", que se dejen de Prats de la Riba, de Companys, de Carrascos-Formigueras y demás: que pongan ante el Palau de la Generalitat una estatua de don José Mª Aznar y de Mariano Rajoy, verdaderos padres de la patria catalana.

En este sentido tampoco entiendo la cerrazón de Ciutadans: claro que hay pleno derecho a fundar un partido contra la independencia: ¡faltaría más!. Pero ¡por favor! Que no sean tan fundamentalistas, que se nieguen a entablar ese diálogo, aliándose entonces con Rajoy porque dañarán a su propia causa. Y que busquen eso que hoy nadie hace: dialogar y dialogar a ver si se produce algún acercamiento por pequeño que sea.

… ¿Siempre por las buenas o podría plantearse incluso por las malas?

Por las malas no creo que pueda conseguirse nada, como no sea empeorar las cosas. Y creo que, cuando las cosas se hacen por las malas, es más para joder al otro que para conseguir lo que uno quiere; salvo los casos de desobediencia civil antes citados, donde uno ya prevé que será él el mayor damnificado.

Por las buenas creo que, desgraciadamente, no se ha hecho hasta ahora casi nada. Ni por un lado ni por otro. Al margen de que yo no me encontrase mal en una Cataluña independiente, están estos dos datos:

a) Se miente al decir que hay un mandato democrático del pueblo al que tienen que obedecer: porque aquí no valen los escaños sino los votos y éstos ni llegan al 50%. Que por los reglamentos electorales se pueda obtener una mayoría exigua de escaños, no significa que haya un mandato popular hacia la independencia. Es como cuando Puigdemont le responde a Albiol (con quien, por otro lado, comprenderás que tengo muy pocos puntos de contacto) que "no se hará nada ilegal", pero entiende como legalidad la del Parlament de Cataluña y no la del Estado. Y Puigdemont sabe muy bien que eso sólo valdrá el día que Cataluña sea independiente; no ya hoy. Esa forma de ir autoengañándose no creo que sea una manera correcta de hacer las cosas. De acuerdo en que no hay que judicializar la política; pero tampoco hay que falsear la política. Y eso es lo que temo que están haciendo.

b) Por otro lado, ya dije otra vez que los medios de comunicación catalanes me parecían en este punto tremendamente parciales y más catequesis que programas informativos: aun salvando las distancias, uno se acordaba de la televisión franquista, o la de Urdaci cuando el gobierno de Aznar. Sistemáticamente sólo se dan noticias o informaciones buenas para un lado y malas para el otro. En los diálogos sólo se invita a gente de un lado; y, si se llama alguien del otro bando, será uno de esos tipos estrambóticos que dejan en mal lugar la causa que defienden.

En cambio, en Cataluña hay gente seria y valiosa que, nos guste o no, están en el otro lado; y negar este dato es otra falta de honestidad con lo real: ahí tienes a Francesc Carreras, uno de nuestros grandes expertos en derecho constitucional, ninguneado no por falta de categoría sino sólo por no ser independentista. Me pregunto qué dirán de las palabras de Nuria Espert al recibir el premio princesa de Asturias. Mira si no, las palizas y los sambenitos que le colgaron al pobre Raimon (antiguo ídolo de tantos catalanes, y de trayectoria coherente como pocas) cuando dijo sólo que él eso de la independencia no lo veía. Y lo dijo hablando desde la razón, no desde los sentimientos.

Mira también (en el número 260 de Iglesia Viva) el diálogo entre J. Botey y mi vecino J. Mª Jaumà, gran catalanista, autor de obras de teatro en catalán, traductor de infinidad de poetas ingleses al catalán... Y hay otras gentes muy catalanas, cuyo nombre no quiero dar sin su permiso, que me dicen que prefieren callarse porque si no, se le echa encima una especie de "santo oficio" patriótico, o congregación para defensa de la fe patriótica...

Esta doble medida es lo que no me gusta y me recuerda la frase del físico Sarajov que he citado tantas veces: "la intolerancia es la angustia de no tener razón". Y la parodia que estos otros amigos podrían hacer del breve apotegma de Machado sobre la verdad: ¿"tu" patria? No! "la" patria. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.

En conclusión: yo creo que así no se puede luchar: que se hagan las cosas con absoluta limpieza y que luego aceptemos todos contentos lo que salga. De lo contrario temo que no llegaremos a buen puerto.

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